Mediante la mesoterapia obtenemos todos estos propósitos y además hidratamos la piel en profundidad, mejoramos la flacidez y se estimula la producción natural de colágeno y elastina, consiguiendo reafirmar y tonificar el tejido cutáneo, reparar las imperfecciones cutáneas postraumáticas, aumentar la elasticidad e hidratación de la piel, combatir la flacidez y el envejecimiento, mejorar el estado de las arrugas, y además, consigue aportar luminosidad al rostro.

La mesoterapia se puede utilizar como un complemento, o una alternativa, a muchos tratamientos anti-envejecimiento, incluyendo el botox, rejuvenecimiento con láser, peelings, cremas tópicas o hilos faciales.

La mesoterapia es también un tratamiento rejuvenecedor altamente eficaz. El procedimiento se puede utilizar para tonificar y estirar la piel flácida en el cuello, las piernas, el abdomen, los brazos y las manos. En Europa, las mujeres, a menudo, comienzan los tratamientos en sus treinta años, pero la mesoterapia pueden resultar útiles durante cualquier etapa de la vida de una mujer, lo mismo que en los hombres que cada vez cuidan más su aspecto físico tanto corporal como el facial.